Thursday, April 26, 2012


31 Años de Triunfos; que tal si nos hubieran derrotado

Repito aquí un par de párrafos de una columna de Fabián Medina en La Prensa, de Nicaragua. 


EL SACRISTÁN Y LA CERA
  
Hay un refrán que dice: “Sacristán que vende cera y no tiene colmenar, o la saca de la oreja o la roba del altar”. De Venezuela salieron 16.5 millones barriles de petróleo el año pasado. En Nicaragua se registró la llegada de solo 11.6 millones de barriles. ¿Y el resto? Es un misterio. O los barcos petroleros tienen algún hoyo y vienen botando el crudo en el camino o alguien se ha convertido en magnate petrolero sin tener pozo alguno. Nicaragua no registra oficialmente exportaciones de petróleo, pero desde El Salvador ya se habla de la compra de “petróleo nicaragüense”. Hay que resolver ese misterio: quién es el sacristán y de dónde está sacando la cera. ¿La está sacando de su oreja o la está robando del altar?

 “¿Cuál es el problema, si en todo caso es a los venezolanos que se les está dando el garrotazo?”, podría argumentar alguien. No estoy tan seguro de eso. Así pensábamos de toda la “solidaridad” que venía de los países soviéticos en los ochenta, y al final se tuvo que pagar o negociar cada centavo. Es al día de hoy y todavía le debemos en dólares a Irán todo su “apoyo revolucionario”. Vistas así las cosas, primero, estamos obligados a pensar que alguien, en algún momento, tendrá que pagar por ese petróleo, y yo la verdad tengo serias dudas de que lo hagan los que alegremente lo desvían para su bolsa.

Saturday, April 21, 2012


Cuando el sentido común se vuelve un bien de lujo, II


Un colega--que de paso es un economista de los buenos--me escribe un excelente addendum/comentario que dice:
"el impacto final es que terminan perjudicando (más) a aquellos a quienes supuestamente querían beneficiar: sea porque éstos no tienen acceso al mercado negro o, si lo tienen, terminan pagando precios mucho más caros de los que habrían sido de otro modo. Ante estas cosas me suelo preguntar quién es el progresista."

Cuando el sentido común se vuelve un bien de lujo, I

¿En qué estarán pensando algunos líderes políticos cuando hacen pendejadas que no tienen ni un tuquito de sentido común económico? Me refiero a aquellos que todavía insisten en controlar los precios de los productos normales de la canasta familiar. El problema principal de los controles de precios de las cosas de la casa es que solo sirven para aumentar las colas en los supermercados.  Un control de precio “normal” significa que el precio de venta de un producto se fija a un nivel bajo para así beneficiar a los consumidores. Este simple acto burocrático viola lo más básico de una transacción económica: el acuerdo entre el productor y el consumidor sobre lo que uno ofrece y el otro adquiere. Como resultado pasan tres cosas, a veces simultáneas: una reducción en la producción, la emergencia de un mercado ilegal y una reducción en el consumo del producto que ahora resulta escaso.  Los ejemplos abundan: la antigua Unión Soviética, que colapsó precisamente por este problema (el estado hace de cuenta que me paga y yo hago de cuenta que trabajo), Cuba, Corea del Norte y, ahora, Venezuela. Me dicen mis amigos Caraqueños que no hay leche, leche en polvo, pollo, papel higiénico o café. ¿Cómo? ¿En Venezuela? Yo estoy seguro que ninguno de los sabios—incluyendo a El Paciente de La Habana—que diseñaron el actual control de precios tiene NPI (ni puta idea) de cuanto cuesta producir lo que tratan de controlar, ni les hace falta estos productos a sus mujeres. Esto me da la idea que el mejor salvaguarda del sentido común económico es hacer que las esposas de estos genios de la economía planificada vayan a Petare a las 6 de la mañana a hacer cola para ver si consiguen pollo.

Wednesday, April 18, 2012




Speaking truth to power

Below is an excerpt of an article published in The Economist. It says what the U.S. press does not say.

All in all, this is a pretty good time to be an American. Think about it. The middle class is expanding and growing richer. Once-stark inequalities are shrinking. The quality of governance has improved by leaps and bounds. Politics is becoming less ideological and more centrist and pragmatic. And never before have Americans held such sway in the wider world. Oh, perhaps a clarification is in order. This is a pretty good time to be a Latin American. For the citizens of the United States, who tend somewhat presumptuously to think of themselves as the only Americans, this is not altogether such a good time. In the United States, in point of fact, all those trends are running in the opposite direction. The middle class is beleaguered; inequality is growing; government is gridlocked; politics is increasingly polarized and the superpower is in a funk about its global decline. Isn’t this high time for the United States to pay a little more attention to the big changes taking place in its own back yard? If geography is destiny, and the United States and Latin America need one another so badly, what prevents them from consummating the romance? Analysts at the The Interamerican Dialogue pinpoint three policy differences between the US and its Latin neighbors:  immigration, the war on drugs and the embargo on Cuba. America’s broken immigration system is “breeding resentment across the region”, they say: Latin Americans find the idea of building a wall on the border between the United States and Mexico “particularly offensive”. The north’s war on drug traffickers serves mainly to spread corruption, fan criminal violence and undermine the rule of law. And as for Cuba, the embargo imposed by the United States has probably been counter-productive, prolonging the repressive rule of the Castro brothers instead of helping to end it. These observations are hardly novel. The problem, as everyone knows, is that each of these issues is tangled in the domestic politics of the United States. In the past few years Mexico’s improving economy, slowing population growth and a weak jobs market in the north have cut the flow of immigrants across the Rio Grande. Even so, immigration remained a toxic issue in the Republican Party. To make progress in the war on drugs, the United States needs to curb demand for illegal narcotics at home, but no American politician dare broach the idea of decriminalization. Attempts to intercept the guns that flow south to the narco-gangs antagonize America’s muscular gun-rights lobby. And Cuba policy is held hostage by the Cubans in Florida, a critical swing state. From Washington, the periodic whining from Latin America about the lack of respect and attention the region receives from the yanquis can become wearying. If Latin America is doing so damn well all of a sudden, why does it not just get on with the business of standing on its own feet? As for the tricky issues of immigration, drugs and Cuba, can’t those southerners see how things stand north of the border? Don’t they understand that the thorny domestic politics of the United States make serious action on them impossible? They can see. They do understand. But in recent decades some of the countries of Latin America have managed against much greater odds to summon up the courage to overcome their own impossible domestic politics. It may be time for the United States to follow their example for a change.

Tuesday, April 17, 2012



Del cachondeo al chamuyeo

La nacionalización de los Yacimientos Petrolíferos Fiscales (YPF) por parte del gobierno de Argentina ha sido manejada muy gauchamente; a tal punto que no sé a quien creerle. El Clarín de Buenos Aires dice que todo el pleito se debe a que los españoles son unos sinvergüenzas que sacaron el petróleo, lo vendieron a buen precio y no invirtieron nada en el mejoramiento de la planta y equipo de YPF. Como corolario argumentan que una vez que hubieran extraído todo el petróleo argentino al menor costo posible la REPSOL vendería su parte y se iría a la mierda. La nacionalización es por lo tanto una honorable acción para proteger los intereses nacionales. Por su parte El País dice que con ese acto de vandalismo financiero la Presidenta trata de crear un conflicto como el de Las Malvinas, tratando de utilizar el nacionalismo como un escudo para esconder las barbaridades económicas de su gobierno que están llevando a Argentina a la ruina. La nacionalización es injustificada y es prácticamente una declaración de guerra a la madre patria. Es simplemente una violación de las reglas más elementales del mercado mundial de inversión. ¿A quién creerle? ¿A la REPSOL? Yo he visto a Telefónica, a Unión Fenosa y a otras compañías transnacionales españolas actuar en forma depredadora en Centro América. Primero prometen que solo la puntita y después que logran capturar una posición monopólica proceden a meterla toda y saquear al país. A pesar de que ahora sus ejecutivos tienen MBAs y hablan inglés yo siento que nos siguen viendo como indios a quienes se debe explotar sin misericordia. ¿Estoy exagerando y estoy errado? Es muy posible que ambos, pero no creo que ese sentimiento sea accidental. Por otro lado, bien sabemos que la mayor parte de los gobiernos argentinos nunca han sido acusados de trabajar por el bien de su pueblo. Un ejemplo: en los últimos cinco años el sector agropecuario argentino experimentó una magnífica bonanza económica, producto de los altos precios del trigo y la carne en el mercado mundial. ¿Qué hizo el gobierno? Subir drásticamente los impuestos de exportación; como quien dice, permíteme encarecer tu producto para que seas menos competitivo y nos jodamos todos. Peor aún, el gobierno no ofrecía nada a cambio—solo un aumento en el empleo clientelista en puestos fantasmas gubernamentales. Otro ejemplo: perdonen que saque otra vez a relucir la guerra de Las Malvinas, pero ahí está, aunque en defensa del ejército argentino debo reconocer que en esa guerra quedaron subcampeones. En resumidas cuentas lo que me huelo es una tragicomedia parecida a un pleito bochornoso entre ladrones que violan las reglas mínima de decencia del bajo mundo al mentarse la madre entre ellos mismos. 


Con paciencia y saliva

Hay que admirar la paciencia con que trabaja Daniel.  Ahora que está de nuevo en el poder ya comenzó de nuevo el elefante a romancear a la hormiguita. La compra de los canales de televisión, el control de la gasolina, el control del transporte, son solamente muestras de la paciencia que tiene Daniel para ir transfiriendo poquito a poquito el poder económico y político del otrora Frente Sandinista (FSLN) al nuevo Frente Ortega Murillo (FOM). Hoy leí que la pista del aeropuerto de Ometepe fue construida en tierras ajenas, las cuales fueron expropiadas cuando la pista ya estaba casi terminada. El dueño fue a la corte y la corte emitió su veredicto: Sí señor, Ud. es el dueño, pero idiay, así es la vaina. Como quien dice, si no te gusta, andate a Costa Rica. Ah, y no te molestés en llamar a la policía, que esos somos nosotros.

Saturday, April 14, 2012



La post-pubertad de América Latina

Hoy por la mañana vi una gran parte de la presentación de Dilma Rousseff, Juan Manuel Santos y Barack Obama en la cumbre de Cartagena. El Presidente Santos, utilizando con destreza la gran labia que caracteriza a los bogotanos bien educados, le dio a su colega de Estados Unidos la buena nueva: Ya América Latina sabe manejar y tiene carro propio; no necesita pedir permiso para salir, ni necesita que alguien la lleven pa ningún lado. Las economías latinoamericanas están creciendo más que las Europeas y que la de Estados Unidos; la clase media latinoamericana compra directo a China en dólares sin pasar por la dependencia del dólar; la inserción de Brasil, México, Argentina, Chile, Perú y Colombia a la economía mundial están pasando rápidamente a otro nivel de compromiso comercial; el diseño y ejecución de políticas públicas que reducen la desigualdad está finalmente entrando a la agenda de los políticos tradicionales; finalmente estamos reconociendo que una buena política social es preferible a un populismo macroeconómico;  en fin, ya Latinoamérica puede vivir sola. Esta declaración de emancipación mental es crucial para poder iniciar con seriedad un diálogo sobre el narcotráfico y la violencia regional. Desafortunadamente la sociedad gringa está pasando por un mal momento y no escucha nada que no sea relacionado con la estupidez de su política social en tiempos electorales o con el precio de la gasolina. A lo mejor si los presidentes de Brasil, México y Colombia comienzan a discutir la legalización de las drogas la sociedad gringa comience a discutir su demanda de las mismas. La cumbre, aunque muchos sean escépticos, dejará su huella por el simple hecho de haber traído al tapete una independencia de criterio con respecto al narcotráfico; un diálogo que va más allá de la War on Drugs—una guerra que no trae angustia a la clase media gringa porque los muertos son allá afuera.


Como en los tiempos de Evita

Ya se está dibujando la película. A medida que Hugo acepta que está gravemente enfermo sus allegados en el gobierno y el ejército comienzan a mirarse uno al otro para ver si se leen los ojos y poder adivinar o presentir como se va a desarrollar la vaina. Me recordaba mi mujer que en la novela Santa Evita de Tomás Eloy Martínez, se describe un arnés en el que montaban a Evita—ya tan grave que no se podía sostener de pie—para que pudiera salir en un convertible a saludar al pueblo unos días antes de morir. En el caso de Evita yo puedo creer que lo hizo porque sentía una mezcla de amor por su pueblo y el deseo de despedirse dejando una buena memoria entre sus admiradores. En el caso de imitadores de Evita es otro cuento; lo que quieren es dejar al pueblo un mito.

Ayer el "gran estadista" norcoreano Kim Jong-un develó unas gigantescas estatuas de Kim Il-sung y Kim Jong-il, su abuelo y padre respectivamente, me supongo como parte de una estrategia para consolidar la dinastía. Cada vez que se habla en público de estos dos panas tooooodo el mundo—militares incluidos—participa en un concurso sotto voce para ver quien llora más y más fuerte, para así asegurar su propio bienestar. En Caracas ya comenzaron a sacar los pañuelos, con la diferencia que el lloriqueo es por la sucesión y el juez del concurso es alguien de las fuerzas armadas. Los runrunes de Nelson Bocaranda ya comenzaron a reportar los rumores sobre un nuevo candidato para las elecciones de Octubre. Para los que vemos los toros desde la barrera lo que presentimos es que las próximas palabras en latín que va a decir Hugo Rafael no serán ora pro nobis, sino ¿et tu Brutus

Wednesday, April 11, 2012



Patria libre o Miami!

Ayer se vio en Miami un espectáculo digno de un Grammy, o por lo menos de una mención honorífica a la Novela del Año. Ozzie Guillén, el hombre con el tacto de un urólogo con dedos de gorila, pidió perdón de rodillas (en forma virtual por supuesto) al exilio Cubano por haber dicho que él amaba a Fidel porque “ese hijueputa ha evitado que lo maten por sesenta años” o algo así. El liderazgo político del exilio Cubano, que se caracteriza por la sutileza de su lenguaje y por su apego rígido a las reglas gramaticales de la lengua Castellana, se volcó a las calles—más exactamente a la cuadra de Calle Ocho entre las calles 35 y 36 del South West, enfrente de la ventanilla de café del Versailles, el centro de efervescencia intelectual de la Cubanía Mambisa—para exigirle a los Marlins que despidieran a ese maricón Chavista y a boicotear al equipo hasta que ese asqueroso comunista Venezolano no se vaya de la ciudad. Verdaderamente un amplio despliegue de democracia en acción. Ahora cabe especular si la suspensión de Ozzie por cinco juegos va a aplacar al monstruo defensor de la libre expresión.

El nuevo estadio de los Marlins fue construido por un multimillonario propietario que recibió una "contribución" de 500 millones de dólares de un alcalde Cubanoamericano de Miami para subsanar los costos de construcción--un verdadero despliegue de corrupción que evadió la indignación de los guardianes de la libertad en el exilio. Como quien dice, ese alcalde es un hijueputa, pero es nuestro.

Tuesday, April 10, 2012



Tristeza não tem fim
Les traigo un pedazo de un excelente artículo de Moisés Naím en El País de hoy, 10 de abril. El original está en http://internacional.elpais.com/internacional/2012/04/08/actualidad/1333852826_423774.html
Brasil es un vecino que cada vez tiene más peso en la política internacional y que ya ha superado a Reino Unido como la sexta economía más grande del mundo. Sin embargo, la insulsa agenda de la visita de la presidenta Dilma Rousseff a Washington esta semana puso en evidencia lo banal de una relación que debería ser fundamental y profunda. 
Hay varias razones detrás de la incapacidad de estos dos grandes países para llevarse mejor. Una es que el ascenso de Brasil en la última década coincidió con un periodo en el que Washington estaba muy ocupado en otras cosas: dos guerras y el hundimiento de su economía, por ejemplo. Pero esto no es nuevo. La desatención de Estados Unidos a Brasil, y a América Latina en general, ha sido crónica. En Washington, es más fácil encontrar expertos en Cuba o en Haití que en Brasil; el comercio de drogas, no el comercio brasileño, es lo que entusiasma a congresistas y diplomáticos.
Por otro lado, Brasil no es un socio fácil. Espera y exige el mismo respeto y consideración que Washington dispensa a las viejas potencias. ¿Por qué a David Cameron, el primer ministro británico, Obama le ofreció una pomposa cena de gala en la Casa Blanca y a Dilma Rousseff, solo un “almuerzo de trabajo”? ¿Por qué a Cameron lo llevó en su helicóptero a ver un muy público partido de baloncesto y a Dilma la lleva a una “reunión privada con empresarios”? En la diplomacia, los gestos y los símbolos revelan más que los discursos. 
A su vez, estas reacciones de los brasileños exasperan a los estadounidenses. Una funcionaria del Gobierno de EE UU me dijo: “Brasil se nos ha transformado en la Francia de América Latina. Su obstruccionismo en las negociaciones internacionales sobre clima, comercio o lo que sea está a menudo impulsado por su deseo de exhibir su poder. Cuando interfieren en nuestras iniciativas para detener el programa nuclear de Irán o impiden los acuerdos en otras negociaciones, lo hacen para obligarnos a prestarles atención. Y lo logran. Pero no se dan cuenta de que esto ha ido minando nuestra disposición a tratarlos como un aliado confiable. Tenemos que esperar que Brasil madure como potencia”.
Estas fallas de ambas partes se pueden y deben solventar. Mientras que las alianzas que tiene Estados Unidos con otras potencias emergentes son defensivas, equívocas e inestables, una alianza con Brasil puede estar sustentada en un fuerte y duradero proyecto conjunto de prosperidad y democracia. Lo único que lo impide es una historia de desencuentros que puede ser fácilmente superada por líderes que deseen hacerlo.

Monday, April 9, 2012


Entre la Fe y el Culillo

Dicen que un conservador es un socialista que ha sido asaltado. Siguiendo la analogía, un creyente debe ser un socialista que cree que sus días están contados.



Entre la Fe y el Caudillo

¿Cómo explicar el acercamiento entre Daniel y la Iglesia? Muy sencillo. El que tiene los días contados es Monseñor Obando. El acercamiento no es de Daniel a la Iglesia sino al revés. Siguiendo la analogía, un socialista es un creyente que necesita apoyo político.

Sunday, April 1, 2012



Como salir del populismo macroeconómico

El problema profundo de Chávez, Fidel y Daniel es que solamente saben repartir dinero ajeno. Ese es su talento—su único talento. Cuando la plata se acaba—el cash flow, mi Comandante—el modelo se va a la mierda. El gran talento de Fidel es saber como encontrar un nuevo mecenas que le de plata pa seguir la gastadera. Estos tres majes representan lo peor del populismo macroeconómico.  Ayer Chávez anunció una nueva ola de control de precios de productos de consumo. Eso garantiza—sin ninguna duda—que el abastecimiento de dichos bienes va a ser con importaciones porque nadie puede producir con control de precios en un país con tasa de cambio controlada y precios de insumos artificialmente altos; los libros no le cuadran al productor; esa es la simple y llana verdad. Eso quiere decir que dentro de poco el petróleo va a tener que comprar la canasta básica del venezolano pobre y desempleado, pues mientras no haya producción nacional tampoco va a haber empleo. El populismo macroeconómico solo funciona por un rato y ya Cuba llenó la cuota del pedigüeño sostenible.

Afortunadamente hay maneras de reducir la desigualdad con crecimiento económico. Hay líderes de izquierda—Lula, Dilma, Correa y Humala son ejemplos—que tratan de mantener una política de reducción de la desigualdad dentro de una disciplina macroeconómica aceptable. Hay gobiernos—como los de Chile y Colombia—que toman en serio su labor como  proveedores de bienes públicos y como promotores de un mayor nivel de bienestar que llegue a todos los ciudadanos.

Suena simplista, pero tenemos que apoyar a líderes que tomen en serio el papel del Estado. Imitar lo que hicieron Chile y Colombia (y lo que están haciendo Brasil, Ecuador y Perú) es lo que debemos hacer. Son países imperfectos, sí, pero lo perfecto es lo enemigo de lo bueno.