Somos el 99% y nos quedamos cortos
Paul Krugman, quien
recibió el Premio Nobel de Economía por su trabajo sobre comercio internacional
y la concentración de la riqueza, publicó un breve editorial titulado Somos el 99% en el New
York Times de esta mañana. Utilizando datos de 2005, los cuales muestran la
composición del 1% más rico de los Estados Unidos, Krugman revela que en
realidad la gente que se ha beneficiado del crecimiento económico representa el
0.1% de la población. Es decir, que si
nos identificamos con el 99% de la población que se ha quedado atrás nos
quedamos cortos: la super-élite económica es aún más pequeña—una persona en
mil. Entre 1979 y 2005 el ingreso neto medio en Estados Unidos aumentó en 21%,
mientras que para el 0.1% de la población el ingreso neto aumentó en 400%.
Actualmente el
clima político en Estados Unidos está polarizado. Los demócratas piden la
eliminación de las exenciones de impuestos a los millonarios, mientras que los republicanos
argumentan que los millonarios son creadores de empleo y que aumentarle los
impuestos es un castigo al éxito. Krugman pregunta: ¿quiénes son los del 0.1%? Muy
pocos son como Steve Jobs, el genio de Apple; la mayoría (43%) son ejecutivos
corporativos que reciben salarios que exceden por mucho su contribución a la
sociedad. Estos enormes salarios son autorizados por juntas de directores nombradas
por los mismos ejecutivos--¿conflicto de interés? Por favor, no! De hecho, hay
casos abundantes de ejecutivos corporativos que reciben enormes salarios y
bonos aún cuando la compañía está al borde de la quiebra. Aproximadamente el 18%
son ejecutivos de entidades financieras y el 12% son abogados y negociantes de
bienes raíces. Casi nadie en este famoso 0.1% produce algo que amerite la
diferencia de ingreso tan enorme entre ellos y el resto de nosotros.
Como buen liberal
demócrata Krugman pide no odiar al 0.1%; solo pide al electorado no creerle el
cuento a los republicanos de que subirle los impuestos a este grupo es castigar
a los creadores de trabajo. Eso va a ser difícil. La única forma en que los
republicanos eviten un voto castigo es si se aprovechan del bajísimo nivel de
la cultura política de Estados Unidos y de la poca capacidad de reflexión del
votante promedio para engañarlo con publicidad electoral.
This comment has been removed by a blog administrator.
ReplyDelete