Nota desde Bangkok

Mi primera impresión es que en América Latina nos quedamos atrás y ni siquiera nos hemos dado cuenta. Bangkok es una ciudad impresionante por su vitalidad, su cultura, su avanzada infraestructura y por su pujanza económica. Mientras boludos como Hugo Rafael, Evo, Daniel pujan por ideas desacreditadas por la historia y mientras otros países de la región se resisten a transformar la calidad de la educación pública, los Tailandeses se preocupan por mejorar su posición en los resultados mundiales de logro académico, de la calidad de los maestros que actualmente ganan lo mismo que cualquier profesional de clase media, de la competitividad mundial de su mano de obra y de sus gerentes, y de la infraestructura económica y social. Las inundaciones que han afectado al país preocupan al pueblo porque afectan a las fábricas de discos duros, a las fábricas de equipos de alta tecnología y al funcionamiento de la gran maquinaria exportadora que es este país. Me encantaría que tuviéramos esas preocupaciones.