Saludando con sombrero ajeno

El lunes Hugo Chávez anunció un programa de asistencia familiar que dará a las familias en extrema pobreza un subsidio monetario de 100 dólares por niño. Ayer martes anunció un incremento en la pensión quien se aplicará a más de 200,000 pensionados. En 1999 los subsidios estatales representaban el 36 por ciento del presupuesto. Ahora representan el 62 por ciento. Como políticas sociales son bien recibidas, pero van a costar un güevo. Claramente este incremento en el gasto social está orientado a garantizar su reelección el próximo año y claramente el impacto negativo sobre las finanzas públicas va a ser muy alto. El populismo sin disciplina es lo que diferencia a Chávez de otros presidentes mucho más honestos con su país. Lula aumentó enormemente el gasto social, pero sin perder de vista la disciplina macroeconómica. El beneficio del boom económico brasileño ha tocado a todos, pero ha sido porque Lula supo mantener los incentivos a la producción e inversión privadas al mismo tiempo que lograba una redistribución del gasto social y acumulaba reservas internacionales sin deber nada al FMI. Chávez, en cambio, ha logrado reducir en un 50 por ciento la productividad de la producción de petróleo, ha reducido la producción nacional en todos los sectores y ha aumentado la deuda externa a tal punto que para el final de 2011 se prevé que llegará a los 134 mil millones de dólares. Peor aún, mientras que todos los países de América Latina están aprovechando los precios agropecuarios para aumentar sus exportaciones y lograr tasas de crecimiento arriba del 6 por ciento, la economía de Venezuela sigue a la zaga de sus vecinos. El anuncio de más subsidios indudablemente va a ser bien recibido por los beneficiados, pero para el aparato productivo del país es el equivalente de las fanfarronerías de un borracho que cree que todas las damas del prostíbulo están enamoradas de él. El problema no es el alivio a la pobreza, eso es muy bueno y recomendable como política social; el problema es la incompetencia del resto de su Gobierno, una incompetencia que está costando caro a la sociedad entera.