Sunday, January 1, 2012



Resolución para el 2012: Salvémonos de nosotros mismos

En lo personal el 2011 fue un buen año para mí y mi familia, pero a nivel de sociedad las cosas no estuvieron tan buenas que digamos. Fue un año de inestabilidad financiera causada por nuestra insistencia en elegir a políticos que solo están interesados en llegar al poder, pero que no comparten una visión coherente de largo plazo. Cada quien fue por su lado mientras nuestros hijos entraban al mercado de trabajo enfrentando un mundo hostil. Qué pena; estudiaron y mantuvieron una buena conducta para luego no encontrar chamba y encima de eso, ver como la sociedad sigue con la cabeza enterrada en la arena. La izquierda tradicional (léase los bróderes Castro, su financista Hugo Chávez, Daniel Ortega, Evo Morales y el resto de los que se empeñan e insisten en mantenerse en el poder a costa de un populismo refrito) sabe que su modelo económico solo cuenta a mediano plazo. El financiamiento de sus proyectos populistas solo funcionaría si pudieran fomentar mejor el crecimiento económico a través de un mejor clima empresarial y de un claro reconocimiento de las cosas buenas que tiene el sistema de mercado. Una cosa es una política social responsable y la otra una lucha de clases que solo paraliza el crecimiento económico. Por el lado de la derecha (léase USA) el modelo económico basado en un capitalismo salvaje no es sostenible a mediano plazo tampoco. El distanciamiento entre los que tienen cada vez más y la clase media que se empobrece cada día más está creando una juventud cínica y desilusionada porque se da cuenta que a los ricos con poder político no les importa un carajo el desarrollo de la sociedad. Están resignados a enfrentar  un período largo de bajo desempeño económico y una angustia colectiva que no lleva a nada.

¿Qué hacer? La única respuesta que se me ocurre es pelear con nuestra voz y nuestro voto (aún en Cuba, la voz ha comenzado a escucharse). En todo el continente ya estamos embarcados en un sistema democrático—aunque tenga imperfecciones—que llama a que cada uno de nosotros participe en el proceso político, tanto a nivel local, como a nivel nacional, como votante, dando opinión, involucrándose en el proceso. Ya sabemos el poema de Martin Niemöller que dice así: Primero vinieron por los socialistas y yo no hablé—porque yo no era socialista. Luego vinieron por los sindicalistas y yo no hablé—porque yo no era sindicalista. Luego vinieron por los judíos y yo no hablé—porque yo no era judío. Luego vinieron por mí—y ya no había nadie que hablara por mí. Bueno, hablemos antes de que sea demasiado tarde. 

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