Tuesday, August 7, 2012



Clarito oí que se vaya pal carajo

Los nuevos dictadores se han convertido en expertos de la manipulación de las instituciones democráticas para perpetuarse en el poder. En Rusia las rockeras punk Pussy Riot (me encanta el nombre) están detenidas por oponerse a Putin. En realidad ellas solo vocalizan en otra forma lo que miles de rusos, especialmente en Moscú, expresan en forma de protesta civil. El País reporta que ahora el gobierno las manda a juicio por ofender a la religión y no por oponerse a Putin.

“A pesar de que las Pussy Riot realizaron un claro acto político, el fiscal argumenta que el pasaje de la canción en que piden a la Virgen que expulse a Putin del Kremlin suena falso. Lo que las muchachas realmente hicieron, según la acusación, fue una parodia a los ritos sagrados, lo que, unido al lugar donde realizaron su actuación (una iglesia), demuestra que el objetivo era instigar el odio contra el cristianismo ortodoxo, la principal religión en Rusia. De ahí que la fiscalía califique el delito de las punk como gamberrismo motivado por odio religioso.”

http://internacional.elpais.com/internacional/2012/08/07/actualidad/1344331979_586393.html

Eso me recuerda un cuento que oí en Colombia, en el cual una muchacha vuelve a su casa allá en lo profundo del Caquetá. Conversando, su papá le pregunta qué es lo que hace allá en Cali y ella le dice que es prostituta. El papa se pone pálido y con mucho dolor le dice que se vaya. La muchacha, llorando, le dice que se va pero que antes quería darle a su mamá los 10,000 dólares  que traía de regalo para la familia. El papá se queda pasmado y le pide que le repita que es lo que ella hace en Cali. “Soy prostituta, papá”, y el papá le dice “Ay mija, perdone la confusión; clarito oí  que era protestante.”

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