Thursday, January 7, 2010

Feliz Ano Nuevo


Hace varios años usé la frase “Feliz ano nuevo!” para felicitar a un amigo mío gringo que después de varios años de vivir en Costa Rica ya se había platanizado. Sin dudar un momento me respondió: “Gracias, maje, un ano nuevo siempre sirve.” No sabía yo qué tan profética era la frase para describir lo que necesitaremos en el 2010: un ano nuevo. Otra joyita: de acuerdo a un político Ecuatoriano de relativamente bajo precio (por suerte su estrellato político se apagó en 1996) me contó un día que entre los políticos tradicionales el lema era: “Prometer, prometer, prometer, para poder meter y una vez metido, olvidar lo prometido.” Otro ano nuevo, por favor.

Con la llegada del 2010 nuestros líderes de opinión han hecho sus predicciones y casi todos concuerdan con que va a ser un año difícil, pero que Daniel va a seguir tranquilo. Daniel ha aprendido de Fidel y Hugo Rafael a usar la olla de presión como modelo de gobierno. Cuando la cosa aprieta demasiado y el pueblo chilla, él suelta un poquito. Luego lo aprieta un poco más de lo que había apretado antes, para luego aflojar un poco menos. Así va, devorando a nuestra frágil democracia como la anaconda a un ternero. Primero lo asfixia y luego lo engulle poquito a poco.

Pero no todas las predicciones son malas. El gobierno ha hecho cosas buenas que van a continuar en el 2010. A ver, …Ah!, Una cosa buena: Implantar una reforma tributaria que pone al país en la ruta hacia la independencia financiera—no más dádivas de paisuchos europeos para poder pagar a los maestros. Otra: Mantener la estabilidad del Córdoba a través de la ayuda venezolana, la cual permite una inflación manejable sin tener que imponer cuotas para la compra de dólares, como pasa en Venezuela (hablando de nuestro bróderes venezolanos, allá existen dos tasas de cambio: la tasa barata regulada por CADIVI y la del mercado negro, en donde el dólar cuesta más del doble que la tasa oficial. Esta innovación financiera permite a los amigos de la Robolución Bolivariana comprar con dólares baratos y vender con dólares caros; así quien no). Otra más: jochar a los liberales para mantener una ilusión de democracia. Y otra: Continuar con la viajadera de Daniel, lo cual permite a Antenor Rosales operar sin mucho estorbo.

Lo que nadie se atreve a predecir es quienes van a ser los nuevos favorecidos con la bendición de la Primera Dama; allí no se atreve ni Walter Mercado. Lo que queda claro para el 2010 es que la guardia vieja del frente, los que se cachimbearon durante la guerra y que sudaron la gota gorda durante la década de los ochenta, seguirán ubicándose como inconsecuentes reaccionarios. La nueva guardia del Frente es más joven, sin memoria histórica, que sabe bien que estar en el gobierno no es lo mismo que gobernar y que—lo más importante—estar en el gobierno es un fin en sí mismo. Feliz ano nuevo.

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