Mañana sábado me caso con Carmen Moleiro. Carmita es pequeña, de carácter dulce, apacible—excepto cuando se emberraca—y de una intuición callada pero efectiva. Cuando la conocí, hace dos años, me pareció como una isla no descubierta en el medio del Pacífico, llena de palmeras, arena blanca, fuentes de agua descendiendo de la montaña y red wi-fi. Inmediatamente hice los trámites para asegurarme la chamba de descubridor con opción de compra. Mañana cerramos el trato, en donde paso a ser de su completa propiedad. A veces me pregunto porqué a muchos hombres les gusta estar soltero. Lo único que se me ocurre es porque tienen miedo a salir a alta mar a buscar la isla aún no descubierta.
